31 de Diciembre, 23:59 horas. En 1 minuto estaré comiendo las 12 uvas como marca la tradición, frente a la televisión, rodeada de mi familia. Ahora que el año va a cambiar es cuando me replanteo todo: ¿ha sido un buen año? ¿qué propósitos tienes para el año que entra? ¿satisfecha? ¿he tenido más momentos buenos o malos? ¿qué me llevo, así como algo especial, del año que dejo atrás?... Y así, como esas, muchísimas otras preguntas. Miro a mi alrededor, todos están nerviosos, ¿por qué será?. Me habría gustado meterme dentro de sus cabezas, para saber en qué están pensando exactamente, saber cómo ha sido su año y qué esperan del siguiente. Veo sonrisas, cruzar miradas, movimientos rápidos. A pesar de que muestren eso, imagino que tendrán sus movidas internas, no soy adivina ni tampoco tengo la capacidad de leer mentes y sé que los problemas que me han contado han sido en verdad sólo el 1 porciento de los 99 restantes. Admiro que sean capaces de seguir adelante. En este salón veo reflejada la vida, sí, desde los 10, 13 años pasando por los 15 y 18, llegamos a los 48, 53... hasta los 75 años. No nos damos cuenta pero el tiempo pasa más rápido de lo que uno nota, molaría poder pararlo y así no perder personas que no tendrían que marcharse nunca o disfrutar, tal vez revivir, momentos increíbles que te han marcado. O ya ni siquiera eso, sino corregir errores o aciertos.
00:00 horas. Hasta siempre viejo 2016, gracias por los buenos momentos y también por los malos ya que he podido aprender de ambas partes. Gracias por hacer que personas geniales aparezcan y las inservibles se vayan. Y gracias por dejarme seguir acompañada de la gente que más quiero, sigo y seguiré dando caña, me queda mucha vida y que tú te acabes no significa que mi energía y ganas lo hagan. Y... querido Año Nuevo, por favor pórtate bien, aunque bueno... que sea malo o bueno tan sólo depende de mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario